Acrílico sobre tabla. 68 x 60 cm. Otoño 2009
Este cuadro no lleva título a propósito. No quiero inducir a nadie a que piense nada apriori sobre mis intenciones. El observador debe esforzarse un poco y mirar, observar y sacar sus propias conclusiones. Todo importa en el cuadro: colores, formas, gestos, fondos, texturas; y a la vez nada es determinante y nada está hecho con premeditación absoluta... El cuadro también me lleva a mí; yo no le llevo a él. O mejor dicho, bailamos a la vez y ninguno lleva la voz cantante plenamente: a veces él, a veces yo.