¡Cuánto pierde en esta versión! Lo pone debajo del cuadro, pero hacer el esfuerzo de imaginar los naos dos metros de alto por uno diez... Una puerta. Eso, una puerta que se abre, un espacio por el que pasáis, hacia esa luz que arde o ilumina en el pecho y allí al fondo (esas tenues manchas verdosas hacia la derecha, doradas hacia la izquierda) donde se nos espera... Y qué decir de esas manos sólidas y al tiempo tiernas, y es mirida que simplemente dice ven, aquí estoy. Nada más. Ni obliga, ni impone... Se propone como el viento, como el río, como el sol... (Oh, llama de Amor vivo, diría San Juan de la Cruz. Lo cito porque hoy, precisamente es la onomástica)
Después de hablar por teléfono estuve observando... ahora vuelvo... y te digo que no importa que me declare agnóstica... De existir Jesucristo, pienso que tu pintura le hace justicia... Esa luz inmensa en el lado del corazón!!!... ufffffffffff.
Acrílico sobre lienzo. 200 x 110 cm. Octubre 2011
2 comentarios:
¡Cuánto pierde en esta versión! Lo pone debajo del cuadro, pero hacer el esfuerzo de imaginar los naos dos metros de alto por uno diez... Una puerta. Eso, una puerta que se abre, un espacio por el que pasáis, hacia esa luz que arde o ilumina en el pecho y allí al fondo (esas tenues manchas verdosas hacia la derecha, doradas hacia la izquierda) donde se nos espera...
Y qué decir de esas manos sólidas y al tiempo tiernas, y es mirida que simplemente dice ven, aquí estoy. Nada más. Ni obliga, ni impone... Se propone como el viento, como el río, como el sol...
(Oh, llama de Amor vivo, diría San Juan de la Cruz. Lo cito porque hoy, precisamente es la onomástica)
Después de hablar por teléfono estuve observando... ahora vuelvo... y te digo que no importa que me declare agnóstica... De existir Jesucristo, pienso que tu pintura le hace justicia... Esa luz inmensa en el lado del corazón!!!... ufffffffffff.
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